Los pocos recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y su saneamiento inadecuado, repercuten en la economía y en la sociedad. Agricultura, industrias, energía, suministros públicos, transporte, educación y ocio usan el agua y dependen de ella
El agua limpia es un recurso natural vital no solo para la vida en la Tierra sino también para el bienestar de nuestras sociedades y economía. Pero la gestión que hacemos de este recurso necesario está provocando cambios tan inesperados como dañinos.